lunes, 21 de abril de 2008

Ducha.

Cerrar la puerta.

Quitarme la blusa, provocar el reflejo de mi cuerpo, en el espejo del lugar. Me miro, me toco y luego, abandono mis pantalones en el frio suelo.

El agua cae.

No me atrevo a entrar, pues deseo disfrutar del equilibrio natural, de la autoregulación de mi cuerpo con lo ajeno.

Entro a la ducha.

Algo distante me parece el agua, su temperatura es menor que la mia.

Evil - Interpol ♪♫♪

El agua, fresca e insolente se apodera de mi cuerpo, visita cada extremo, cada curva, cada momento... A lo lejos escucho Rosemary, solo disfruto de la dulce caricia del momento.

La temperatura se eleva.

Cada vez más sofocante el agua sobre mi, aprovecho de tocar mi cintura, de ver los dibujos del tiempo en mi cuerpo, de observar un instante... Mi cabello revuelto, es amenazado por una espuma blanca, es inmensa y comienza a mezclarse con el suelo.

Mas suave.

Mi cabello suave, toma una forma distinta se separa, no resiste a la gravedad, cede. Mis piernas no ofrecen dificultades, no para el agua, solo se dejan utilizar, tranquilas y serenas. Mi piel disfruta de tal ritual, disfruta de tales caricias.

El encuentro final.

De pronto el agua se detiene, abandona mi cuerpo para partir al exilio. Ante tal desabrigo, me retiro.
Ordeno mis cabellos, caen vestigios, huellas dejadas por la ausencia.
Entre humedad y tibieza me abriga, quien pretende ser mi nuevo amparo.


3 comentarios:

Esteban Córdova dijo...

< º))))><

Camille dijo...

Tu siempre tan provocativa y sersual. Si fuera hombre ay de mi! xD
Caro aparece x estas tierras, para que vayamos al cine y demos una vuelta por el forestal!.
Cuidate!!!

El Antiguo niño del caleidoscopio dijo...

Cuánta sensación en un solo momento!

Gracias por pasar por mi rincón lleno de espejos.