miércoles, 5 de septiembre de 2007

Yo fui una Andrea Carrió.

Hace un par de años sufri anorexia, enfermedad que mantuve en silencio durante un prolongado tiempo. A mi memoria saltó tal recuerdo la mañana del ayer, cuando observaba tv, pues se hablaba de la muerte de Andrea Carrió, una chica viñamarina que acaba de morir producto de la anorexia.

Esta pequeña era victima del matonaje escolar, este bien puede ser psicológico o físico, el primero fue el agresor de Andrea. El matonaje escolar (inconsciente o no) es un arma letal en el desarrollo del ser humano,pues influye significativamente en el individuo impiediendo su salud mental y progresivamente el deterioro de su salud física. Decirle fea a una niña es marcarla por el resto de sus días, tachar a un niño de homosexual es bestial, pues toda agresión que el chico reciba por parte de sus pares implicará la pérdida de la seguridad en èl, siendo esta la segunda necesidad esencial en la pirámide de Maslow. ya que, la precedente es la necesidad fisiológica vital en cualquier ser vivo. La ausencia de seguridad en cualquier ser humano impedira el desarrollo de las otras nesecidades (amor, autorrealización, etc...), pues así se limitará al individuo y con esto a la sociedad a la que pertenezca.

La autoestima se ausentara totalmente del humano, tal como se le esfumo a Andrea, tal como se me esfumó a mi. Andrea era una chica como yo. Descataba entre sus compañeros desde pequeña, no aceptada en el grupo de amigos o compañeros pre-dominantes, necesitada de afecto hasta niveles desorbitantes y falta de actitud para enfrentar los problemas suscitados en su vida. Tan voluble, que cualquier calificativo que le asignaban, terminaba por desarmonizar sus pensamientos. Gorda, cualificativo mortífero y generador de su enfermedad.

Es tal el desvirtuamiento de la imagen humana propia que produce tal afección que pienso como ex-victima de anorexia que esta, viene acompañada de algunos sintomas de esquizofrenia, pues es una voz constante la que te indica la inanición que terminas aislandote en tu bestial visión del mundo, pues es el mundo quien te rechaza.
Recuerdo el inicio del calvario propuesto por la anorexia, en un primer lugar comenzaba a creer que estaba gorda, pues el IMC indicaba ques estaba en el limite de lo normal...

Comenze en el colegio, cuando cursaba séptimo básico. Todos los Lunes, despues del colegio me pesaba, por ende cada semana me ponia metas/logros para reducir los kilos que componian mi cuerpo, considerados monstruos extraños que eran objeto de mi odio. Cada Lunes bajaba 200 gramos a 3 kilos, si bajaba menos de 500 gramos me odiaba, repugnaba mi cuerpo, mi ser, mi vida... Me golpeaba el estómago, pues lo consideraba el peor castigo que me podia suceder. Llegue a pesar 40 kilos.

En un comienzo, comia un poco menos de lo normal, despues separaba todo el plato, luego dejaba de comer dos días y solo ingeria té sin azúcar o agua, luego armaba y desarmaba el plato... Despues comenzé a vomitar el agua y casi nada de alimento que ingeria. Mi mamá poco se dio cuenta, no lo hubiese hecho si yo no me hubiese descuidado, pues dejaba el baño sucio. Fue ese el momento en el que tuve que desarrollar nuevas estrategias para mi fin único... Si me daban leche, me manchaba el bigote para mostrar a mi mamá que habia tomado leche, pero el resto lo arrojaba al lavamanos en su descuido, la comida la metia en bolsas que mantenia en mi mochila, para botarlas en el colegio. Esos fuerón mis pasos hasta que los huesos se me notaban, las costillas, el pecho, todo. Mís funciones orgánicas desaparecierón. Amenorrea, fue la más evidente, hasta taquicardia... Empezaba a fallar mi corazón, pero no me podia detener... Ya no dependia de mi, sino de la anorexia.

No podia detenerme, no era cosa de voluntad, ya me habia sobrepasado... Me sentia sola, inadvertida por el mundo... Lloraba constantemente para que alguien se fijara en mi, en mi problema... Para que alguien me ayudará. Queria contarle a mi mamá, pero no tenia el valor, pues consideraba que ya tenía suficientes problemas. Hasta que un día tuve un fuerte dolor en el pecho, que me arrojo a la ventana... Casi me cai... Por suerte estaba mi prima chica y a ella le conte, tal vez ni siquiera comprendia el gran problema que me afectaba, ya no importaba, pues ella me escuchaba.

Es increible pensar que lo único que queria era que me escucharan, que alguien se diera cuenta que no era una roca, sino un ser humano. Por consiguiente, sentia, respiraba, vivia al igual que los demás, aunque ellos no se dieran cuenta de ello.

Logre salir, dificil proceso.

Andrea no pudo, nadie la escucho, nadie se percato que estaba alli. Por eso me choco su muerte, pues yo tambien pude haber tenido el mismo fin. Ella me recordo. que la vida es una playa... Arena que se pega a los pies, una vez que te mojas.

Aún estoy sola, no Esteban... No es ofenderte, ni proponer que no me importas... Sino es lo que siento por mi y para mi únicamente. Lamentable es no hablar con alguien cuando son muchas las cosas que se quieren decir, pero más lamentable hubiese sido si por hablar, traicionaba mis ideales.


Carolina.

2 comentarios:

Aldana dijo...

Si tienes esto escrito a mano y en papel te lo compro, sea cual fuese su precio. Precioso.

Dany dijo...

amigo
cuidate