Solo un deseo.

Inmóvil ante la ventana, describiendo fantasías indomables estas tú. Mientras que pienso la maravilla de ser agua, de ser voluble, de querer arrancar para caer en un territorio hostil, pero jamas con mas pena que las cañerias del desierto, aquellas en donde llueve amargo y tiemblan los pájaros. Tal vez yo soy una gota de agua con anhelos de ser lluvia, con fines teleológicos de envenenar tu lengua para que veas mas que una fantasía, mas que una mentira bien dicha, mas que el reflejo de tus ojos.

¿Que nos sucede?

Acaso el gasto de nuestros dedos han sobre pasado las promesas perdidas, tal vez no me quieres encontrar, ni yo a ti, tal vez evidenciamos nuestras virtudes antes de poseerlas. Nada se más que te extraño, extraño el sentimiento de tenerte y no, de golpearte y de esfumarte. Simplemente es eso.

Quiero terminar con esta situación que hemos tapado con cartones invisibles que no sirven para nada, en el primer momento todo estalla y ya comienza a hacerme reír.

Deseo el fin.









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Simulacro.

Levantar tu cuerpo de la sutil ensoñación de la muerte, mientras crees en historias falsas, sedientas de imaginación anuncian la vida desde el infierno.

¿Crees en la realidad? Solo un desvío, la falla platónica que se imposible comprobar, aquella que habita en mentes corruptibles abandonadas por la irracionalidad.

Simulo ser alguna Carolina, simulo vivir, simulo creer en verdades utópicas, aparento habitar un mundo de mentiras, donde todo se oculta. Idiotas aquellos que creen mi simulacro, pues conozco la verdad.

Todo es mentira.